24 de mayo de 2011

31ª semana: 21 de mayo

Se nota que estamos al final del curso: poca gente y mucho trabajo. No sé cómo van a aprobar el examen final con tantas ausencias. Ya veremos la nota que les dan. Yo, como el buen empollón que soy, voy a por todas.



Hoy hemos terminado de cosechar las patatas. Recuerdo que plantar las patatas fue uno de los trabajos más duros, fisicamente y mentalmente. Recogerlas tampoco ha defraudado. Me dolía el hombro hasta el lunes.

La cosecha fue buena y aunque está claro que los bancales con Agrimartin ganan en términos de rendimiento y tamaño, tampoco ganan por mucho. Incluso el bancal sin nada tenía un rendimiento un poco inferior al ganador. Por eso me pregunto si vale la pena gastar el dinero en abonos caros (y ¡pestilentes!) si con un abono normal o simplemente con una buena rotación de cultivos te da algo similar.



Con mi cuota de patatas he empezado una patatada esta semana: tortilla, ensaladilla, patatas con guisantes (de la huerta también), etc. También toda la familia política han recibido su bolsa y algunos amigos. Calculo que esta semana he traido a casa aprox. 9 kilos, mas las zanahorias, remolacha y puerros.





El resto de la clase, como escribo esto el martes después, pasó rápido y no me acuerdo de mucho, salvo de la charla que dío Renato sobre cómo hacer injertos en árboles. Me sorprende que se puede hacer un injerto simplemente cortando un trozo de la corteza de un árbol y pegandolo a la rama de otro árbol donde has quitado un trozo de cortez del mismo tamaño. La cortez que pegas debe tener una yema para que salga una rama. Si sale bien la rama ya se corta las ramas del árbol original y se dejan las nuevas. A mi me parece increible que funciona así.

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