30 de enero de 2011

16ª Semana: 29 de enero

El tiempo nos acompaño este sábado: un día soleado con una temperatura más que razonable para finales de enero. Estaba un poco acatarrado pero mi motivación de aprender algo sobre la fresa me sacó de la cama. No me decepcionó la clase.

Cuando pienso en fresas siempre recuerdo los veranos en Connecticut cuando íbamos a Peterson Farms a recoger fresas. Te daban unas bandejas y a finalizar te cobraban según el peso. Mi madre llevaba a mis 4 hermanos y yo a coger fresas pero creo que en sus tarifas el Granjero Peterson no contó con la capacidad de 5 niños de engullir la fruta mientras la recogían. Mis hermanos y yo nos pusimos hartos de fresas, las bocas teñidas de rojo con el zumo de la fruta cayendo a chorros por nuestras barbillas. Todavía hoy puede escuchar al Sr. Peterson amonestando a mi madre por nuestra peculiar manera de cosechar.


Por eso tengo tanto interés en aprender a cultivar fresas en casa. Tengo plantas pero no me rinden. Con los 2 o 3 fresas que me dan no llegaría ni a teñir la boca de rojo ni ná. Pero al final de la clase salí con unos conceptos muy claros aunque todavía tengo una duda que tengo que resolverr la semana que viene.

Fresas amotinadas


Nuestro grupo, los que plantamos patatas la semana pasada, nos reunimos con Fernando para ver lo que teníamos que hacer. Primero teníamos que sacar las malas hierbas y los ajetes del bancal sin destruirlo. Cosimos los laterales con una horca y con unos movimientos de balanceo para romper la tierra sacamos las hierbas que habían crecido. Después de hacer eso empezamos a sacar los ajetes con un ataque frontal con la horca. Sacamos bastantes y cada uno llevó un buen manojo a casa.

Con un cultivador aireamos la tierra y sacamos más grama, aunque dejamos los raíces de los ajetes ya que sirven de abono. Teníamos que hacerlo 2 veces ya que la primera vez no llegamos a los laterales bien. Con un rastrillo arreglamos el bancal de nuevo, corrigiendo los estrecheces  y altura.



Una vez que el bancal estaba bien arreglado, cogimos una cuerda y empezamos a plantear la distribución de las plantas. Nuestro objetivo era plantar 2 lineas de fresones en cada lado con una linea central de cebollino. Son plantas complementarias; se asocian bien. El fresón tiene raíces más profundos y hojas que se extiendan en el superficie y el cebollino tiene raíces más superficiales y unas hojas rectas y finas.

La distancia de cada planta sería de 50 cm. Con la cuerda  puesta medimos las distancias, dejando una huella donde iría la planta. Hicimos un círculo alrededor de la marca, más o menos de diámetro de un tiesto modesto. Con una escarda empezamos a profundizar un agujero como un cilindro y a una profundidad de una mano. Dejamos la tierra a un lado del agujero. Con una jarra llenamos el hoyo con un litro de una mezcla de mitad compost mitad humus de lombriz con 100 gramos de carbón vegetal (esto era el peso para la mezcla total) que sería para evitar hongos, supongo. Cubrimos de nuevo con la tierra, haciendo un circulo con el dedo de nuevo para controlar dónde está el hoyo. Medimos de nuevo 50 cm entre cada planta y de nuevo señalamos las distancias con una marca en el suelo.


Cogimos las plantas, que son plántulas de la planta madre (emite estolones que se agarran a la tierra y empiezan a echar raíces). Podríamos haber hecho un micropoda sobre los raíces si fueran más largos pero Fernando no lo veía necesario esta vez. Embadurnamos los raíces en una mezcla de agua, humus y compost. Con una escarda hicimos una incisión justo en el centro de nuestra marca, apartamos la tierra un poco, metimos la planta sin cubrir el cuello, y empaquetamos bien la tierra contra los raíces para que no quedara aire. Con el dedo profundizamos el circulo alrededor de la planta y una vez que pusimos los cebollinos en el centro cubrimos todo el suelo con hojas, teniendo cuidado en no cubrir el centro de la planta, ya que de allí salen las hojas nuevas. Las hojas sirven para mantener la humedad del suelo y atraer el calor, ya que son oscuras.

Montamos un micro túnel para terminar la faena. Se quedará así un mes, creo, para dar calor y favorecer el crecimiento.

Este año no veremos fresas. Hay que dejar que la planta eche raíces y hojas. Si aparecen flores se quitan para que la planta concentre toda su fuerza en crecer. A llegar a casa quite todas la fruta y flores y puse hojas alrededor de la base de las plantas. Me dí cuenta que tengo las plantas demasiado juntas y tendré que comprar una macetas nuevas. Jamie Oliver, en su libro Jamie at Home dice que una buena manera de cultivar fresas es en un tiesto colgado del porche por ejemplo. De esta manera las fresas cuelgan del tiesto y no se pudren.


No estoy seguro sobre la cantidad de riego que requiere las fresas aunque supongo que bastante. Tampoco estoy seguro sobre la cantidad del sol que necesitan. Ahora supongo que mucho pero en el verano no sé si tendremos que proteger las plantas con una sombrilla para que no mueran del calor. Por eso tengo las mías en tiestos para poder cambiarlas del sitio según la época del año.

La otra cosa que hicimos era preparar un tratamiento preventivo contra las mosca blanca y los hongos de las habas. La mezcla era 1 litro de una infusión de cola de caballo con 9 litros de agua y 100 ml de jabón potásico. Con eso dimos a las habas y los coles. A llegar a casa comprobé que tenía unos depósitos de huevos amarillos en 3 brócoli. Con el dedo los quité. 

Huevos en Col


También encontré unas orugas en las hojas de remolacha. 

Oruga en remolacha


Ya tendré que examinar las hojas a diario para controlar los bichos. Un rollo.

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